4 ago 2016

Tácticas y formaciones de las legiones romanas

Dentro del combate, los legionarios podían adoptar una gran variedad de tácticas para combatir al enemigo. Según las tropas enemigas, los legionarios adaptaban una táctica u otra. No adoptaban la misma táctica contra un ejército de gran cantidad de unidades a distancia que contra una carga de caballería. Cada acción enemiga conllevaba una reacción en los legionarios para sufragar el daño y, a la vez, adoptaban diferentes tácticas tanto para defenderse como para atacar.

Una de las tácticas legionarias más conocidas es la denominada formación tortuga o testudo. Esta formación consistía en la agrupación de escudos, de forma que la primera línea los sostenía de forma vertical y el resto de las líneas los posicionaba perpendicularmente por encima, solapando los escudos para que no se colara ningún proyectil. Esta táctica de combate era de uso frecuente contra arqueros, ya que estaban completamente protegidos. El inconveniente era la lentitud de desplazamiento de la formación. También podían posicionarse escudos en los lados, pero entonces se formaban espacios en la parte superior y el avance era incluso más lento. A la hora de la instrucción de esta formación defensiva, los legionarios debían aguantar la formación incluso cuando se les lanzaban carros por una pendiente. Cuando eran capaces de mantenerse firmes frente a tal carga se consideraba que la habían realizado correctamente.



Su uso fue destacado a la hora de los asedios, ya que era una forma efectiva de llegar al muro enemigo con las mínimas bajas posibles. Los legionarios de las líneas traseras podían agacharse haciendo que se formara una rampa de escudos que permitía el paso a los legionarios que iban detrás de la formación.

Otra de las muchas tácticas defensivas era la formación en orbe, que consistía en posicionarse formando un círculo con los escudos hacia el exterior. Cuando había espacio suficiente se situaban arqueros en el centro, éstos podían hostigar y causar bajas mientras estaban protegidos por los escudos. El inconveniente era que tenía una movilidad nula. Sta formación requería mucha disciplina y solía usarse en casos donde estaban completamente rodeados.



La táctica por excelencia para repeler a la caballería consistía en una primera fila que debía hacer un muro de escudos utilizando los pila como picas en vez de jabalinas. La segunda línea debía reforzar el muro de escudos y usar el pilum como una lanza para hostigar y mantener alejada a la caballería. Esta táctica tomaba la forma de un muro erizado, lo que hacía que la mayoría de las posibles caballerías enemigas no pudieran hacer frente a esta defensa.



Otra táctica defensiva era el cuadrado hueco o formación en cuadro, que era similar a la formación en orbe, pero con mayor espacio y movilidad. Esta táctica solía usarse frente a arqueros montados, por lo que su uso era frecuente contra los partos.



Sería una formación similar, si no fuera porque es un fotograma de Las cuatro plumas y se ambienta en el siglo XIX.


La formación ofensiva más destacable era la formación en cuña. Consistía en formar un triángulo en la que pudiera ofrecer una mayor penetración en la formación enemiga, ya que el ataque tenía una mayor profundidad de las tropas legionarias. Esta formación podía provocar que la línea enemiga se rompiera.



Había veces que ninguna de estas tácticas daba resultado, como, por ejemplo, contra los elefantes cartagineses. Publio Cornelio Escipión puso en práctica en la batalla de Zama, en el años 202 a. C, una táctica que consistía en crear espacios similares a caminos. Los elefantes atravesaban estos espacios inconscientemente, lo que permitía disminuir las bajas mientras que eran abatidos a base de jabalinas y otros proyectiles, esto supuso que el gran arma cartaginés perdiera importancia.

Otra táctica, aunque pueda considerarse una formación, era dar la impresión de tener el centro de la formación débil, ya que el enemigo vería la ocasión de romper la formación y centraría las tropas en el centro, aunque realmente esta táctica era atraerlos para que las alas romanas flanquearan y rodearan al ejército enemigo. Esta táctica fue puesta en práctica por Aníbal Barca en la batalla de Cannas, en el año 216 a. C, precisamente contra tropas romanas. A partir de entonces los romanos adoptaron esta estrategia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario