5 dic 2020

Caza de tesoro: Las legiones de Roma, herramienta de conquista


INTRODUCCIÓN

 

La siguiente caza de tesoro está enfocada en la herramienta de conquista de Roma, sus legiones. A lo largo de la actividad, los alumnos de 1º de ESO tendrán que hacer diferentes búsquedas dentro del blog para responder a las preguntas planteadas, desarrollando así la búsqueda de información y conocer más sobre Roma.

 

PREGUNTAS

 

¿Cómo se llamaban los tres tipos de soldados antes de las reformas de Mario?

¿Qué dos ilustres romanos se enfrentaron en la Batalla de Farsalia?

¿Qué dos armas fundamentales tenían los legionarios romanos?

¿Cómo podían defenderse los legionarios frente al ataque de caballería?

¿Cuál de las siete formaciones romanas era la más adecuada según Vegecio?

¿Cuál es el mayor defecto de la falange macedónica?

¿Por qué las legiones podían hacer frente a hordas mucho más numerosas?

¿Qué pueblo se hizo conocido por el uso de emboscadas y escaramuzas a las legiones?

¿Qué tres medidas usaron las legiones romanas para luchar contra los arqueros partos?

¿De qué pueblo copió Roma sus barcos? ¿Cuáles eran los dos puertos navales más importantes?

¿En qué se diferencia un birreme de un trirreme?

¿Cómo se llamaba el artilugio que usaban los barcos romanos para asaltar a barcos enemigos?

 

RECURSOS


https://historia-belica.blogspot.com/


LA GRAN PREGUNTA


¿Qué destacarías del ejército romano?


EVALUACION


-          El uso de los artículos del blog para dar respuesta a las preguntas.

-          La conformidad de las respuestas a las preguntas.

-          La reflexión del alumno en la gran pregunta

-          La expresión escrita y ortografía.

-          El interés y la participación mostrada en la actividad.


CRÉDITOS

 

Todos los artículos del blog a usar tienen mi autoría.


11 feb 2018

Orígenes históricos de expresiones comunes

Si hay algo que hacemos diariamente es hablar, pero... ¿conocemos la procedencia de las expresiones o frases que utilizamos? En las siguientes líneas comentaré los orígenes históricos de diversas expresiones que usamos comúnmente, algunas más que otras, ya que caen en desuso. Empezamos:

Victoria pírrica El rey Pirro de Epiro tuvo grandes enfrentamientos contra la Roma republicana. En la batalla de Asculum venció, pero con tantas muertes entre sus tropas que dijo, según cuenta Plutarco: “Una victoria más sobre los romanos y estaremos completamente perdidos”.




Pasar por las horcas caudinas Sufrir algo humillante. En la batalla de las Horcas Caudinas, durante la Segunda Guerra Samnita (321 a. C.), fueron hechos prisioneros cuarenta mil romanos y los dos cónsules. Desarmados y despojados de las armaduras, fueron obligados a pasar por el yugo de la sumisión, literalmente.




Llegó a triarios Hacer algo con dificultad. Los triarios eran las tropas más experimentadas del ejército romano antes de las reformas de Cayo Mario. Normalmente estaban en retaguardia y actuaban cuando los cuerpos de hastati y princeps (que estaban por delante) necesitaban apoyo.




A la tercera va la vencida No estoy del todo seguro, pero que los romanos usaran “Ad triarios ventum est” da mucho que hablar, como comento en el punto anterior, los triarios se situaban en la retaguardia y cuando participaban en la batalla el enemigo ya estaba desgastado, por lo que solía suponer la victoria.

La suerte está echada «Alea iacta est» Se le otorgan estas palabras a Julio César cuando cruzó el Rubicón. Esto era ilegal, ya que un mando romano provincial no podía traspasarlo junto a sus tropas.




Subirse al carro del triunfo Cuando se daba una victoria, los generales romanos obtenían una celebración en Roma llamada Triunfo, en el cual iban en cuadrigas. Sería subirse a uno de esos carros sin merecerlo o sin haber hecho lo suficiente.




Roma no paga a traidores Viriato dio muchos problemas a Roma, pero fue traicionado por cercanos que, asesinándolo, buscaron la recompensa de Roma. Sin embargo... los romanos se negaron a recompensarles. (De hecho, creo recordar que los ejecutaron).

Dejar en la estacada Dejar a alguien a su suerte. Es muy literal, cuando alguien quedaba incrustado en las estacas defensivas y se dejaban ahí, moribundos o muertos.



Poner la mano en el fuego Era una ordalía (o juicio divino). Los germanos hacían este tipo de ritual cuando eran juzgados por delitos graves. Si después de poner la mano en el fuego salían ilesos, eran inocentes. Pista: Nunca eran inocentes 😂 Excepto Regis en Geralt de Rivia, él es especial.


Chivo expiatorio Los judíos hacían sacrificios de machos cabríos, mediante ellos se desprendían de todos sus pecados, culpando a la cabra. (Que no tenía culpa alguna, claro. El chivo es la cría de la cabra)

Al César lo que es del César A cada uno lo que le corresponde. Jesucristo habló de este modo con respecto a los impuestos, separando lo terrenal de lo espiritual. (No era Julio César, sino el emperador Tiberio, que mantenía el título de "César").

Hip, hip, hurra En origen “hep, hep” (Hieroslyma Est Perdita) Jerusalén ha sido perdida. A lo que cruzados exclamaban “Hu-Ray”, que vendría a significar paraíso. Por tanto, sería “Jerusalén ha caído y estamos de camino al paraíso” (O similar, ando corto de latín).

De punta en blanco Las lanzas de las justas y torneos medievales estaban tan limpias y brillantes que se veían de un tono blanquecino, de ahí que se relacione con la elegancia.

Salvarse por los pelos Tal cual. En los naufragios o tempestades la forma más fácil de agarrar a un marinero caído al agua era por los pelos, de ahí la expresión. Algo muy fortuito.




No dar un palo al agua Ser remero en una galera o trirreme era una tarea ardua... para descansar, algunos hacían la triquiñuela de imitar el movimiento pero sin llegar a meter el remo bajo el agua. Al no tener la resistencia del agua les era más liviano.




Vete al carajo El carajo es la parte superior de los barcos, donde se situaban los vigías (cofa). Costaba subir, era una de las posiciones más peligrosas y no podías cubrirte de la lluvia. Los marineros podían ser castigados a ocupar esa posición.




No hay moros en la costa También muy literal. En la Península Ibérica se daban incursiones piráticas provenientes del norte de África, de ahí la expresión.

Vete a la porra” Las porras (o garrotes) las portaban los sargentos mayores de los Tercios. Cuando se daba el alto, los sargentos las incrustaban en la tierra y los presos se sentaban alrededor. Irse a la porra vendría a ser quedar arrestado.

Puso una pica en Flandes Expresa dificultad. Una pica era el soldado de los tercios que iba armado con ella. Tal era la dificultad de llevar a las tropas por mar o por el Camino español que dio origen a la expresión.

Me importa un pito Dentro de los tercios había niños que tocaban un pito para ciertas acciones. Cobraban tan poco que apenas tenían importancia.

Se armó la de San Quintín Batalla de San Quintín de 1557 entre el Imperio español y Francia. Los primeros vencieron y produjeron muchas bajas en el bando francés. Causar alboroto, vaya. (La que ha liao' el pollito).




Costar un ojo de la cara El conquistador Diego de Almagro tuvo grandes enfrentamientos a la hora de tomar ciudades de lo que hoy sería Chile. Escribió una carta a Carlos I (y V de Alemania) en la que decía que le había costado un ojo de la cara, literalmente.

Se te ve el plumero Los sombreros de las tropas liberales españolas llevaban plumas. Cuando los gobiernos volvían a ser tradicionales decían tal expresión para indicar que una persona tenía ideología liberal.




A buenas horas, mangas verdes En España existía la Santa Hermandad, precursora de la Guardia civil. Iban con mangas verdes y la expresión proviene de la tardanza de éstos cuando se daban robos u otros.




15 jun 2017

Crítica histórica a la película Braveheart.

Antes que nada, he de decir que la película me encanta. Eso sí, no hay que obviar sus errores históricos.




Primeramente, ya el título es erróneo. El llamado "Braveheart" no fue William Wallace, sino Robert Bruce. En la película a este último lo ponen medio bueno/medio malo, aunque es uno de los grandes héroes escoceses. El apodo viene de que, al morir, hizo mandar su corazón a Tierra santa, pero sus caballeros, en su paso por Castilla, combatieron contra los musulmanes y perdieron. Muhammed IV, cuando supo que el corazón era del rey escocés lo devolvió a los castellanos (Alfonso XI) y éste lo mandó de nuevo a Escocia.



Cambiando de personaje, por supuesto, no hubo relación entre William Wallace y la princesa Isabel de Francia, en esa época era una niña. Aunque hay que añadir que posteriormente la llamarían la Loba de Francia por matar a su marido. En la película jura al rey que su hijo durará poco. Cumplió.




Ahora, William Wallace. Su origen no fue como en la película, campesino, sino que era perteneciente a la nobleza escocesa. Era hijo menor, por lo que fue educado para pertenecer al clero. De ahí que supiera francés y latín, pero no hay constancia de un viaje a Roma. Tampoco hay constancia de que los ingleses mataran a su mujer, ésta murió antes de que comenzara a guerrear. Libertades de Mel Gibson. Ya era caballero en la batalla de Stirling (esa de las picas). Nació en la zona de Ayrshire, por lo que era lowlander.



Más libertades para la trama: Los ingleses no tenían derecho a la "prima notte", derecho de pernada. En cuanto al vestuario, MÁS LIBERTADES. Varía según la escena, en unas aparecen las faldas kilts, que no se dan hasta siglos después. En otras, aparecen las capas que pasan por encima de un hombro, ropa que usaban en las "Highlands", pero como acabo de decir, William Wallace era de las "Lowlands", por lo que el vestuario no da ni una. Tampoco los ingleses iban uniformados en esa época.




Eso de pintarse la cara es totalmente erróneo y anacrónico. Ese acto cultural fue de los pictos de la época de los romanos, no de los escoceses. (Libertades everywhere).




Seguimos con la batalla de las picas, la "Batalla del puente de Stirling".

¿Adivináis qué falta en la peli? Algo así como sin importancia... UN PUENTE, por ejemplo.

Ganaron la batalla porque el puente no permitía el acceso a más de tres caballeros ingleses, por lo que bien podía considerarse una Termópilas en miniatura. Eso y que el puente se vino abajo con la mayor parte del ejército inglés encima también tuvo algo que ver...







En la batalla de Falkirk no hubo irlandeses que se cambiaran de bando, aunque el personaje "loco" irlandés es genial, eso sí.

Por último, Wallace no "inventó" el sistema de las picas largas, ya en la época macedónica se hacía uso de ellas (bien lo sabe Filipo II, padre de Alejandro Magno). No obstante, sale bien representado que Wallace sí era asiduo al uso de las picas contra la caballería.





12 oct 2016

El "Descubrimiento" de América

   Para empezar, el término “descubrimiento”. ¿Hizo Colón el descubrimiento de América? Desde luego, no puede negarse que encontró una tierra que no sabía que iba a encontrar. Al llegar a las Américas creía que estaba en Cipango (Japón), aunque buscaba Catay. Fue Americo Vespucio el que identificó estas tierras como un nuevo continente. Por ello, el cartógrafo Martín Waldseemüller puso su nombre al continente en 1507. Técnicamente sí fue un descubrimiento para ellos, pues no lo conocían, pero no hay que desestimar a las personas que ya habitaban estas tierras.

            ¿Alguien llegó antes que Colón? En efecto, los vikingos ya habían llegado en el siglo X. Podían llegar a América en apenas una semana haciendo paradas en diversas islas, Islandia y Groenlandia, llegando a lo que llamaron Vinlandia. También en la isla de Terranova, donde hay pruebas de la existencia vikinga. Hay que tener en cuenta la deformación de los mapas, pues realmente las distancias que tenían los distintos puntos de los viajes era menor de lo que aparentan. Sabiendo esto, surge una nueva pregunta. ¿Llegaron a influir dentro de los pueblos americanos? No, las civilizaciones prehispánicas estaban bien organizadas y no hay influencia de los vikingos, no hay influencias ni innovaciones como la forja, la rueda o algún tipo arquitectónico. Hay que añadir que al igual que hay pruebas de la presencia vikinga, hay también muchas pruebas falsas, como el mapa de Vinlandia, cuyo papel era del siglo XV, pero la tinta era del siglo XX.

            Por supuesto, es obvio que Colón no fue el primero en llegar a América. Hace 14 o 12 mil años ya había seres humanos. Probablemente incluso antes. Los humanos que habían llegado al continente americano lo hicieron por Bering, que entonces no era un estrecho, sino una continua lengua de tierra que unía ambos continentes. Fue hace diez mil años cuando se derritieron los casquetes y se formó el estrecho. Por tanto, tenemos a un gran número de personas, de ascendencia mayormente mongoloide proveniente del norte de Asia, instalada en América. Estos irían yendo hacia el sur debido a las glaciaciones, ya que buscaban el mejor clima posible, además de presas a las que cazar para poder sustentarse.

            Viendo esta introducción, nos metemos ahora en el tema en cuestión, el papel de la Monarquía Hispánica dentro de la conquista de América. ¿Hubo conquista? Sí. ¿Pudieron derrocar a los aztecas e incas solo 200 hombres? Definitivamente no. La situación de estos pueblos no era algo que podamos decir idílica. En su territorio había guerras entre los diferentes pueblos y regiones, como en Europa, vaya. Al igual que ritos religiosos en los que se daban sacrificios humanos y canibalismo.



            Fue esa situación, precisamente, la que aprovecharon los conquistadores. ¿Cómo pudieron esos 200 hombres hacerse con territorios? Pues claramente, con el apoyo de los vecinos de estos pueblos. Los que apoyaron a Cortés eran visto como colonias por los incas y aztecas y estaban obligados a mandar esclavos. Por ello, miles de indígenas guerrearon junto a los conquistadores a cambio de autonomía, influencias, futuro comercio o por sus intereses respecto a los enemigos. Por tanto, fue una situación normal de conquista. No podemos pensar con una moral y ética actual a hechos de hace cinco siglos. El historiador no debe juzgar los hechos de si estaban bien o mal o si tal conquistador fue bueno o malo, sino que hay que intentar comprender el porqué se hizo, para qué, qué consecuencias trajo, y todos los factores que aporten para un mayor grado de comprensión. No obstante, el historiador sí tiene la obligación de analizar y juzgar las fuentes, por lo que voy a ello.

            La mayor fuente respecto al trato a los indígenas proviene de fray Bartolomé de las Casas, quien trató en su Brevísima relación de la destrucción de las Indias el trato dado a los indios por los conquistadores. Éste afirmaba que en la isla de La Española vivían tres millones de personas, por otra parte, se sabe que en esa isla no se practicaba la agricultura extensiva, solo la horticultura y además, la isla es muy montañosa. Por tanto, con las características de consumo que debieron tener estos indígenas y, considerando una densidad de población de 2 personas por kilómetro cuadrado, es imposible llegar a tal cifra, ya que una densidad mayor llevaría el hambre a toda la isla. Por tanto, es evidente que Las Casas exageró tremendamente los datos aportados en su obra.

            ¿Cómo disminuyó la población originaria? La disminución de la población autóctona es un hecho innegable, pero ¿fueron los conquistadores unos genocidas? No, como ya he comentado, la conquista de las Américas se desarrolló como una conquista normal de la época. Otro tema es la catástrofe demográfica en la que repercutió. Los conquistadores llevaron consigo enfermedades como la viruela, el sarampión o la influenza, afecciones a las que los nativos no estaban inmunizados. Ésta fue la mayor causa de la disminución de la población, ya que hubo epidemias y contagios masivos. Hubo otras, las propias guerras que hubo entre nativos y españoles (una gran minoría, pues estaban muy limitados) frente a otros nativos. Otra causa fue la expansión ganadera, ya que el ganado vacuno y ovino tomó importancia en contra de la agricultura.

Esto da lugar a un tópico que incluso se da por hecho, ¿dieron los conquistadores españoles ropas infectadas con viruela a los indios? No, por el simple hecho de que si conquistas un territorio del cual quieres obtener recursos o impuestos, sales perdiendo si no hay población que te los aporte. Hay que tener en cuenta que los españoles no deseaban el exterminio de los nativos, a diferencia de franceses, holandeses e ingleses, “…los españoles nunca expresaron su etnocentrismo en términos raciales, por lo que jamás existiría en las Indias un racismo segregador y excluyente del tipo anglosajón…”. Esto no lo digo yo, lo dice el catedrático Guillermo Céspedes, el cuál es considerado como la máxima autoridad en la América virreinal. Otro caso sería el de los portugueses o ingleses, donde hay casos documentados. Por ejemplo, en 1816, en la villa de Caxias (Brasil), los hacendados portugueses dieron ropajes infectados con enfermedades para hacerse con las tierras. Los ingleses, en la segunda mitad del siglo XVIII, daban prendas infectadas con viruela a los indios para dominar el territorio.

Hay grandes diferencias entre la tipología de conquista entre españoles e ingleses. La conquista española fue dada por soldados, por lo que se propició el mestizaje con las poblaciones locales, creando así familias y mezclándose las culturas. Los colonizadores ingleses eran familias enteras que, mayormente, huían de Inglaterra al ser buscados o al ser grupos marginados (como por ejemplo, creencias religiosas perseguidas), lo que hizo que estas familias completas no buscaran el mestizaje, sino la conquista del territorio para sí mismos, expulsando a los anteriores pobladores.

Otro tema a a tratar, imprescindible, son los trabajos a los que se veían sometidos los nativos. Antes de la llegada de los españoles, los señores locales obligaban a sus poblaciones una serie de trabajos, los cuáles fueron copiados por los españoles. Además, se dieron las encomiendas, el sistema en el cual trabajaban los nativos. ¿Qué eran las encomiendas? La encomienda era el modo de adquirir los servicios y productos de los indios recurriendo a la autoridad indígena local tradicional, basándose en unidades socio-políticas ya existentes. Para los españoles, al ser en número escasos, les era necesario que la fuerza de trabajo recayera sobre los indígenas. Aquí voy de nuevo a que no tiene sentido un genocidio español, ya que una tierra sin trabajadores no tenía valor, se necesitaba fuerza de trabajo para conseguir el oro y la plata que estaban buscando. Respecto a la Corona, los aborígenes debían ser súbditos libres sin ninguna sujeción a prestaciones forzadas, asalariados (no esclavos) y con la intención de que se transformaran al cristianismo. Desgraciadamente, los encomenderos no siempre cumplían las leyes, tratando casi como esclavos a los indígenas (pese a las medidas de la corona, tras las Reales Ordenanzas de Burgos de 1512).

¿Qué hacía la Monarquía Hispánica frente a esto? Ya Isabel la Católica quiso tomar medidas en cuanto a los nativos “y que no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, antes al contrario que sean bien y justamente tratados, y si han recibido algún agravio que lo remedien”. En el año 1500 se dictó un decreto que prohibía la esclavitud de los nativos americanos. Ya en el año 1542, se daba la prohibición de cristianizar por la fuerza, por lo que daba libertad de conciencia a los indios, un pago justo, jornada máxima de ocho horas, descanso dominical y libertad para casarse, entre otros.



          

            Por tanto, se me plantean una serie de cuestiones. ¿Tuvo la culpa la Monarquía Hispánica? Los encomenderos que infringían la ley eran buscados y perseguidos si regresaban a la Península Ibérica, por lo que se quedaban en esos territorios, donde tenían mayor poder e influencia. Está claro que se perpretaron abusos en la población indígena. No obstante, lo que sería dos siglos después España, fue la única nación que tomó conciencia y se preocupó por la situación de los nativos, creando medidas para que no se diera el maltrato. Otro tema, desgraciadamente, es que los que estaban allí incumplieran la ley.

            Otra reflexión, proveniente por ciertos tuits de Pérez-Reverte, es si debemos sentirnos culpables nosotros, descendientes de los que se quedaron en la Península Ibérica, por algo que hicieron criminales al otro lado del mundo. Más aun cuando la propia monarquía, como ya he dicho, había tomado medidas. Prácticamente, las sociedades del mundo Latinoamericano provienen de los descendientes de estos españoles y su mestizaje. Habría que considerar, también, que las sociedades indígenas no dejaron de ser atacadas por los conquistadores que permanecieron en América, sino que siglos después, tras las independencias, habría matanzas sobre los indígenas, y aún hoy estos pueblos reclaman derechos. Un ejemplo sería la conquista de la parte sur de Argentina por parte de los ya independizados argentinos, lo cual sí fue un genocidio, dado a los mapuches en el siglo XIX.

            Hay que mencionar que la Leyenda Negra, utilizada por potencias enemigas de la Monarquía Hispánica, crearon una situación que les convenía. Así desautorizaban a los reyes españoles, que en este tiempo eran los que tenían mayor poder. Es ilógico pensar que Francia (principal rival de España), Holanda (conflicto de Flandes) o Inglaterra (siempre pendiente y competitiva en ultramar) criticaran las acciones de España cuando ellos mismos causaban estragos mayores (por supuesto, no estoy justificando las acciones de los encomenderos). Y no sé qué es peor, la acción de estos países para fomentar la Leyenda Negra de España, o que los propios españoles de la época (y los de ahora) lo creyeran.


            Por último, y ya terminando, decir que toda esta información no es para defender una u otra posición respecto al día de la Hispanidad, pero espero que esta información sirva para mirar el tema con otros ojos, comprenderlo, o al menos, para verlo en un grado más completo.


11 ago 2016

Mare nostrum III: Artilugios romanos para el combate naval

Como hemos comentado en un artículo anterior, las naves romanas tenían el modelo de los navíos cartagineses. Si se daba un combate contra estos últimos, el inconveniente venía de la gran maestría de los cartagineses, pues tenían experiencia naval y un mejor control de las naves. El sistema de combate cartaginés era embestir con los grandes espolones de proa que, al estar cubiertos de bronce y por debajo de la línea de flotación, hundían las naves enemigas. Para ello se requería una gran experiencia, ya que lo más adecuado era embestir desde los flancos a la nave enemiga. Si chocaban frontalmente dos trirremes podía haber consecuencias desastrosas para ambos. También se hacía uso de garfios para aproximarse a una nave enemiga y acercar el combate a los infantes.



Los romanos, que ya predominaban en el combate terrestre por las legiones, incorporaron este método a los combates navales mediante varios aparatos o artefactos.

Uno de ellos era el harpax un proyectil con punta de arpón que era lanzado por una máquina similar a una balista, lo que hacía que pudieran alcanzar a naves enemigas a una mayor distancia que con el garfio. El proyectil estaba cubierto de placas de metal para que no pudiera ser cortado y, en la parte trasera, tenía amarras para aproximarse a la nave enemiga. Era un garfio usado como proyectil. En un principio las amarras eran de cuerda pero posteriormente fueron cambiadas por cadenas.



El invento romano de más relevancia era el corvus, una larga pasarela que podía ser desplazada por medio de cuerdas y poleas. El extremo de la pasarela tenía un gran aguijón de hierro que al caer sobre el barco enemigo lo inmovilizaba. A la vez, la pasarela daba una vía a los infantes para acceder a la nave enemiga, haciendo prescindible el uso del espolón. Esto supuso que en los combates navales la importancia pasara a la infantería, en la que los romanos podían dominar. Esto fue novedoso para los cartagineses. Sus tripulaciones tenían un mayor dominio de las naves, sin embargo no contaban con tropas para el combate cuerpo a cuerpo. Pese al éxito en las Guerras Púnicas, el corvus tenía inconvenientes. El corvus causaba una gran inestabilidad en la nave, ya que la altura desequilibraba el barco en los virajes. Además, hacía las embarcaciones menos maniobrables y era un peligro añadido en caso de tormentas.



Más adelante, los barcos fueron armados con máquinas de guerra (balistas sobre todo) con las que podían dañar mástiles y velamen a la vez que causaban bajas. Cabe destacar que Aníbal hacía uso de vasijas llenas de serpientes venenosas, por lo que no solo causaba daños físicos, sino también bajaba la moral a los romanos. Era frecuente que algunas naves mercantes llevaran alguna pieza de artillería para su propia defensa.

Captura del juego Rome II: Total War. Quinquerreme armado con una balista.

Otro artilugio utilizado era el llamado asser. Consistía en una viga que colgaba del mástil con los extremos cubiertos de metal. Su función era la de un ariete naval, ya que se utilizaba el balanceo para causar bajas a la vez que se dañaba el casco enemigo. También era probable el uso de fuego griego o pyrphoroi, al igual que objetos incandescentes que pudieran prender el casco o el velamen.

10 ago 2016

Mare nostrum II: Navíos de la flota romana

Los navíos se clasificaban según las líneas de remeros, que fueron aumentando según pasaba el tiempo.

Las embarcaciones más pequeñas eran las liburnas o birremes[1], que podían tener uno o dos órdenes de remos. Destacaban por su agilidad y maniobrabilidad, ya que al ser las más ligeras podían realizar los movimientos con mayor soltura. Este tipo de embarcación también era usado por los piratas por la razón ya mencionada. En la proa tenían un espolón de bronce situado por debajo de la línea de flotabilidad para embestir a las naves enemigas.



La mayor parte de la flota romana estaba compuesta por trirremes[2], naves originarias de la antigua Grecia, las cuales tenían tres líneas de remos y eran de un tamaño mayor comparados con las liburnas. Estas naves estaban dotadas de 170 remeros y 30 infantes de marina, aunque los romanos elevaron la cantidad de infantes debido a que su estrategia naval era la de traspasar sus tropas a los barcos enemigos, dado que en el combate de infantería era donde los romanos tenían mayor maestría. Al igual que los birremes, tenían el espolón. Dentro del trirreme se situaban los remeros, que estaban a distintas alturas. Los remeros de la primera línea se denominaban tranitas, los de la segunda zigitas y los de la altura inferior talamitas. En las guerras púnicas se le añadirían los cuervos, o corvus, que explicaré más adelante.



Cuando las naves tenían cuatro líneas de remos, eran denominados quadriremis o cuatrirremes. También tuvieron una gran importancia, ya que sustituyeron a los trirremes, aunque posteriormente los trirremes volverían a ser la base de las flotas por su costo inferior. Los remeros estaban divididos en dos alturas y en cada piso había dos líneas de remos. La tripulación era de  260 hombres, de los cuales 180 serían los encargados de remar. Los remeros tenían esta disposición:



También había naves con cinco líneas de remos, llamados quinquerremes. Éstos solían ser los buques insignia de las flotas, a no ser que hubiera un hexarreme. Contaban con una tribulación variable, ya que el número de remos variaba. Tenía un número de entre 260 y 300 marineros, lo que suponía una tripulación en torno a 420 hombres. Como las otras naves, estaban dotados de un espolón y otras piezas usadas para el asalto, como el corvus (una pasarela de asalto que explicaré en el próximo artículo).








[1] F. Vegecio Renato, El arte de la guerra romana.
[2] P. Connolly, Las legiones romanas.

9 ago 2016

Mare nostrum I: Origen de la flota romana

Ya terminados los artículos sobre las estrategias que se pusieron en práctica contra los romanos, toca abordar el tema de la flota romana. Este artículo será el primero, aunque es más introductorio. Los dos siguientes trataran los diferentes navíos romanos y las tácticas y máquinas de guerra que utilizaba Roma. Vamos allá.

En la primera mitad del siglo III a. C., Roma neutralizó la importancia naval de la ciudad de Cartago, que hasta ahora se había hecho con el control del Mediterráneo occidental. Hasta entonces Roma había hecho uso de las naves de las naciones aliadas, pero fueron las Guerras Púnicas las que provocaron la creación de una flota naval romana.

El origen de la flota romana surge debido a un quinquerreme (un barco con cinco líneas de remos, hablaré de él en el próximo artículo) cartaginés que cayó en manos romanas[1]. Los romanos, ni cortos ni perezosos, copiaron el modelo de la nave para hacer cien unidades iguales a las cartaginesas y veinte trirremes (tres líneas de remos), lo que provocó que a la hora de hacer la guerra tuvieran naves semejantes. Roma, sin embargo, reformó las embarcaciones con algunos elementos innovadores que veremos en próximos artículos.

Trirreme cartaginés


Las dos bases más importantes eran las bases destacadas en Miseno, en la actual Nápoles, y en Rávena[2], en la desembocadura del Po. No obstante, cada vez habría más puertos y flotas por cada provincia conquistada, ya que se ocupaban de las cercanías para combatir la piratería y asegurar el comercio. La flota instalada en Miseno era denominada Classis Misenensis, mientras que la destacada en Rávena se llamaba Classis Ravennatis. Otro puerto de gran importancia era el puerto de Ostia, el más cercano a Roma. (¡Ostia! a la vista).

Puerto de Ostia

Pompeyo engrandeció la flota en el año 67 a. C., fue responsable de la eliminación de los piratas cilicios que se habían hecho con el control de las aguas y asaltaban las naves mercantes. A partir de entonces el Mediterráneo comenzó a llamarse Mare nostrum, “nuestro mar”, por el dominio romano sobre él.

Cada flota contaba con un gran número de naves de diferente tamaño. Normalmente había una nave insignia, de mayor tamaño, después quinquerremes y trirremes como base, y birremes, naves de menor tamaño pero que tenían mayor agilidad.



[1] P. Connolly, Las legiones romanas.
[2] F. Vegecio Renato, El arte de la guerra romana.