11 feb 2018

Orígenes históricos de expresiones comunes

Si hay algo que hacemos diariamente es hablar, pero... ¿conocemos la procedencia de las expresiones o frases que utilizamos? En las siguientes líneas comentaré los orígenes históricos de diversas expresiones que usamos comúnmente, algunas más que otras, ya que caen en desuso. Empezamos:

Victoria pírrica El rey Pirro de Epiro tuvo grandes enfrentamientos contra la Roma republicana. En la batalla de Asculum venció, pero con tantas muertes entre sus tropas que dijo, según cuenta Plutarco: “Una victoria más sobre los romanos y estaremos completamente perdidos”.




Pasar por las horcas caudinas Sufrir algo humillante. En la batalla de las Horcas Caudinas, durante la Segunda Guerra Samnita (321 a. C.), fueron hechos prisioneros cuarenta mil romanos y los dos cónsules. Desarmados y despojados de las armaduras, fueron obligados a pasar por el yugo de la sumisión, literalmente.




Llegó a triarios Hacer algo con dificultad. Los triarios eran las tropas más experimentadas del ejército romano antes de las reformas de Cayo Mario. Normalmente estaban en retaguardia y actuaban cuando los cuerpos de hastati y princeps (que estaban por delante) necesitaban apoyo.




A la tercera va la vencida No estoy del todo seguro, pero que los romanos usaran “Ad triarios ventum est” da mucho que hablar, como comento en el punto anterior, los triarios se situaban en la retaguardia y cuando participaban en la batalla el enemigo ya estaba desgastado, por lo que solía suponer la victoria.

La suerte está echada «Alea iacta est» Se le otorgan estas palabras a Julio César cuando cruzó el Rubicón. Esto era ilegal, ya que un mando romano provincial no podía traspasarlo junto a sus tropas.




Subirse al carro del triunfo Cuando se daba una victoria, los generales romanos obtenían una celebración en Roma llamada Triunfo, en el cual iban en cuadrigas. Sería subirse a uno de esos carros sin merecerlo o sin haber hecho lo suficiente.




Roma no paga a traidores Viriato dio muchos problemas a Roma, pero fue traicionado por cercanos que, asesinándolo, buscaron la recompensa de Roma. Sin embargo... los romanos se negaron a recompensarles. (De hecho, creo recordar que los ejecutaron).

Dejar en la estacada Dejar a alguien a su suerte. Es muy literal, cuando alguien quedaba incrustado en las estacas defensivas y se dejaban ahí, moribundos o muertos.



Poner la mano en el fuego Era una ordalía (o juicio divino). Los germanos hacían este tipo de ritual cuando eran juzgados por delitos graves. Si después de poner la mano en el fuego salían ilesos, eran inocentes. Pista: Nunca eran inocentes 😂 Excepto Regis en Geralt de Rivia, él es especial.


Chivo expiatorio Los judíos hacían sacrificios de machos cabríos, mediante ellos se desprendían de todos sus pecados, culpando a la cabra. (Que no tenía culpa alguna, claro. El chivo es la cría de la cabra)

Al César lo que es del César A cada uno lo que le corresponde. Jesucristo habló de este modo con respecto a los impuestos, separando lo terrenal de lo espiritual. (No era Julio César, sino el emperador Tiberio, que mantenía el título de "César").

Hip, hip, hurra En origen “hep, hep” (Hieroslyma Est Perdita) Jerusalén ha sido perdida. A lo que cruzados exclamaban “Hu-Ray”, que vendría a significar paraíso. Por tanto, sería “Jerusalén ha caído y estamos de camino al paraíso” (O similar, ando corto de latín).

De punta en blanco Las lanzas de las justas y torneos medievales estaban tan limpias y brillantes que se veían de un tono blanquecino, de ahí que se relacione con la elegancia.

Salvarse por los pelos Tal cual. En los naufragios o tempestades la forma más fácil de agarrar a un marinero caído al agua era por los pelos, de ahí la expresión. Algo muy fortuito.




No dar un palo al agua Ser remero en una galera o trirreme era una tarea ardua... para descansar, algunos hacían la triquiñuela de imitar el movimiento pero sin llegar a meter el remo bajo el agua. Al no tener la resistencia del agua les era más liviano.




Vete al carajo El carajo es la parte superior de los barcos, donde se situaban los vigías (cofa). Costaba subir, era una de las posiciones más peligrosas y no podías cubrirte de la lluvia. Los marineros podían ser castigados a ocupar esa posición.




No hay moros en la costa También muy literal. En la Península Ibérica se daban incursiones piráticas provenientes del norte de África, de ahí la expresión.

Vete a la porra” Las porras (o garrotes) las portaban los sargentos mayores de los Tercios. Cuando se daba el alto, los sargentos las incrustaban en la tierra y los presos se sentaban alrededor. Irse a la porra vendría a ser quedar arrestado.

Puso una pica en Flandes Expresa dificultad. Una pica era el soldado de los tercios que iba armado con ella. Tal era la dificultad de llevar a las tropas por mar o por el Camino español que dio origen a la expresión.

Me importa un pito Dentro de los tercios había niños que tocaban un pito para ciertas acciones. Cobraban tan poco que apenas tenían importancia.

Se armó la de San Quintín Batalla de San Quintín de 1557 entre el Imperio español y Francia. Los primeros vencieron y produjeron muchas bajas en el bando francés. Causar alboroto, vaya. (La que ha liao' el pollito).




Costar un ojo de la cara El conquistador Diego de Almagro tuvo grandes enfrentamientos a la hora de tomar ciudades de lo que hoy sería Chile. Escribió una carta a Carlos I (y V de Alemania) en la que decía que le había costado un ojo de la cara, literalmente.

Se te ve el plumero Los sombreros de las tropas liberales españolas llevaban plumas. Cuando los gobiernos volvían a ser tradicionales decían tal expresión para indicar que una persona tenía ideología liberal.




A buenas horas, mangas verdes En España existía la Santa Hermandad, precursora de la Guardia civil. Iban con mangas verdes y la expresión proviene de la tardanza de éstos cuando se daban robos u otros.