En los siguientes artículos trataré uno de los conflictos más longevos de
la Historia, la Guerra de los Cien Años (1337-1453), un conflicto que pese a su
nombre, duró 116 años. Esta larga guerra se dio entre Inglaterra y Francia y
trajo enormes cambios, entre tantos otros, lo hoy denominado ‘profesión
militar’. Durante este periodo se dio el cambio de ejércitos de milicias a
permanentes y poco a poco más profesionalizados. Igualmente hubo importantes
avances tecnológicos. Nos atendremos a la situación del inicio de la guerra.
Inglaterra y Francia en eterno conflicto
Las causas del inicio de la guerra son muy bien conocidas y estudiadas, por
lo que lo que se presenta aquí es tan sólo un breve recuento de las mismas.
Eran los reyes de Inglaterra, por herencia, propietarios de una extensión
territorial mayor en el continente que el mismo rey de Francia, pero
eventualmente esto cambiaría. Después de varias agresiones por parte del reino
francés, quienes tenían como objetivo reclamar como suyos estos territorios, se
firmó en 1259 la (normalmente denominada) fatídica Paz de París, despojando a
Inglaterra de casi todas sus posesiones en Francia y dejando al rey galo el
camino abierto para entrometerse en los asuntos del primero como su señor
feudal. Se entiende a este asunto, claramente una disputa feudal, como la
principal causa del estallido del conflicto en 1337, ya que el rey de Francia
no se detuvo ahí, confiscó el ducado de Guyena en tres ocasiones, la última en
1337, empujando al monarca inglés a romper relaciones con París desde entonces
y para el resto del siglo.
La segunda razón (eventualmente ligada a lo anterior) de más peso para el
inicio de las confrontaciones bélicas es de corte dinástico. A la muerte de
Felipe V de Francia, y sin ningún hijo hombre para heredar la corona. Sabemos
bien que el rey de Inglaterra era uno, y Felipe de Valois otro. Con el
nombramiento de este último en 1328 y eventual coronación un año después se
sellaba el futuro de Francia; encontró muy poca resistencia, ya que ese mismo
año, el rey inglés, como su vasallo, le rindió homenaje. Sin embargo, a raíz de
las incursiones francesas en el ducado ingles de Guyena, Eduardo III se
retracta del homenaje que otrora le hizo a Felipe de Valois y decide desde ese
momento adoptar el título de ‘Rey de Inglaterra y de Francia’, remitiendo una
vez más a su herencia materna y reclamando para sí lo que por derecho podría
bien pertenecerle. En 1337, viéndose en dificultades para invadir Francia directamente, los
primeros estallidos bélicos se dieron finalmente en Flandes.
Fuente de la imagen: geacron.com
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